El arte es una de las actividades que más diferencian al hombre del resto de los seres vivos, siendo una pieza clave en nuestro desarrollo y evolución como especie. Aunque existieron culturas que no tuvieron la necesidad de crear un sistema lingüístico o numérico, ninguna ha podido evitar desarrollar su propia visión artística, pues es mediante el arte, que los seres humanos han sido capaces de expresar la manera en la que perciben las cosas, sus deseos, temores, creencias y emociones.
En un artículo para la revista Iberoamericana de educación, la catedrática Nora Ros profundiza sobre la importancia del arte y la manera en la que ha contribuido en la formación del hombre como especie: “La actividad artística, múltiple e integradora, tiene distintas funciones en diversas culturas, épocas históricas y grupos sociales, pero quizás la más importante sea la de lograr comunión, producir armonía en la personalidad, dar placer, reflejar la vida y la realidad, reflejar conflictos internos o sociales, estructurar la moral y desarrollar la capacidad creadora, base de todo nuevo descubrimiento científico que ayuda a satisfacer y mejorar la subsistencia”.
Diversos estudios sostienen que la enseñanza de las bellas artes, desde los primeros años de un niño, lo ayudan a desarrollar numerosas habilidades que lo acompañarán a lo largo de su vida. Por este motivo, la educación artística debe ser una pieza fundamental en la formación académica de los niños y no únicamente un complemento, tal como afirma Howard, Gardner profesor de la universidad de Harvard: “Un buen sistema educativo, tiene que alimentar y fomentar todas las formas de inteligencia, incluidas las relacionadas con el arte; en caso contrario, descuidaría parcelas fundamentales del potencial humano y frenaría el desarrollo cognitivo de los niños”.
A continuación, te compartimos algunos de los beneficios que las distintas expresiones artísticas pueden traerle a tus hijos y la importancia que tienen dentro de su educación.
Las artes plásticas
El dibujo, la pintura y la escultura llevan a los niños a construir una representación de cómo piensan y la manera en la que ven el mundo; este es un proceso en el que el pequeño procesa lo que percibe en su entorno y lo reinterpreta con lo que siente en su interior. A un nivel emocional, las artes plásticas ayudan a que los niños forjen su personalidad, desarrollen su creatividad y mejoren su autoestima; haciéndoles más fácil expresar sus sentimientos, deseos y emociones.
En su libro “The Discovery of the Child”, María Montessori menciona la manera en la que el dibujo es beneficioso en la formación de los niños: “No enseñamos el dibujo por el dibujo, sino para proporcionar la oportunidad de preparar los instrumentos de expresión… Esto es una verdadera ayuda para el dibujo libre, que al no ser desagradable ni incomprensible, estimula al niño a continuar”. Su enfoque se concentra en establecer las bases dentro de cada niño, para que este puede tener éxito a través de su propia iniciativa, mientras crea en él una conciencia y apreciación artística de su entorno.
Fuente: Kidsoft
La pintura ayuda a que los pequeños mejoren su psicomotricidad fina, perfeccionen su habilidad en el manejo de objetos y afinen su noción espacial. Al momento de pintar, los niños fortalecen los músculos de los dedos y las manos, permitiéndoles realizar movimientos controlados, mientras estimulan inconscientemente sus diversas conexiones cerebrales; el conjunto de todos estos elementos preparan al niño para realizar actividades complejas como la escritura, haciendo su proceso de aprendizaje mucho más sencillo.
La música
El hombre ha utilizado la música como medio de expresión durante siglos y esto no es una casualidad, pues la música tiene enormes beneficios en el desarrollo creativo, cognitivo e intelectual, siendo capaz de estimular diferentes secciones del cerebro, incluso el hemisferio izquierdo, encargado del aprendizaje del lenguaje, los números y el uso de la lógica.
Fuente: AllEvents
Los niños que han sido estimulados musicalmente desde sus primeros meses, suelen desarrollar una mayor habilidad a la hora de resolver problemas matemáticos y en el aprendizaje tanto de la lectura, como también de la escritura. Aprender a tocar un instrumento musical, es beneficioso en el desarrollo de la coordinación, la expresión corporal, la concentración y en la capacidad de comunicarse con otras personas; permitiéndoles establecer relaciones sociales más fuertes y facilitarles el trabajo en equipo.
La Dra. Montessori reconocía la música como la llave que logra abrir las puertas del corazón de los niños y sostener su espíritu. En su libro “La autoeducación en la escuela elemental”, resalta la importancia de la música en los infantes y el rol que debe jugar dentro de la educación: “Hoy se busca la forma de poner a la mano del pueblo la música con conciertos en plazas públicas, acercándola a las masas sociales; sin embargo, es la educación la que debe realizar este proceso: Sin la educación musical adecuada, tendremos un pueblo de sordos a quienes les es negada la posibilidad del regocijo musical”.
Fuente: Estudio Kersevan
A la par de su filosofía, María Montessori tenía un enfoque indirecto sobre la educación artística, en el cual, las bases son colocadas, brindándole la libertad al niño de explorar y encontrar sus propias respuestas. Es importante resaltar que por más beneficiosa que una actividad artística pueda ser, no hay que imponerle a los niños realizarla si ellos no lo desean, pues la educación artística únicamente es efectiva cuando se enseña de manera natural, como parte de una formación integral y nunca como una obligación.
Si ya estas convencido de todos los beneficios que el arte puede traerle a tus hijos y deseas que su formación académica, esté envuelta en un ambiente de música y creatividad, te invitamos a conocer los programas que tenemos para ellos en Montessori Lancaster.