Uno de las grandes ventajas del método Montessori es que su autora, María Montessori, veía más allá de la educación en los ambientes, ya que su método es adaptable para implementarse en cualquier lugar. Ella creía en el deseo y habilidad natural de los niños y niñas, un aspecto que no se limita en las paredes de un salón de clase, sino que se extiende a donde vayan. Es por eso, que es importante asegurarse que obtengan la extensión de su educación Montessori en sus propios hogares, y aquí te explicamos cómo hacerlo de manera sencilla.
1. La organización es la clave
Si quieres traer la educación Montessori a tu casa, debes estar preparado/a para trazar un plan previo y procurar que se cumpla. Asimismo, se aconseja llevar un control de los avances de tu hijo para aprender cierta habilidad o concepto. Por lo que debes llevar un cuaderno de notas donde puedas escribir tus observaciones. Además, si deseas que tus hijos o hijas aprendan a ser organizados con el Método Montessori, es importante enseñarles que los objetos que llegan a utilizar, tienen un lugar por lo que una vez que se terminen de usar, deben regresar a su lugar, para que ellos y ellas mismas asimilen la importancia de ir estableciendo un orden. Dicho aspecto, les brinda seguridad en su entorno.
2. Ambiente adecuado
Procura que todos los materiales y objetos que tus hijos puedan manipular sin lastimarse estén a su alcance. Esto se consigue colocando estantes o mesas a su altura para que ahí estén sus juguetes y materiales, adecuadas a su edad. Con el propósito de que ellos y ellas mismas puedan tomarlos y dejarlos cuando quieran, fomentando su independencia y sentido de la organización. Otro lugar en casa, como la cocina, se puede colocar un banquito para ayudar en las labores, como lavar los platos e incluso ayudar a cocinar. Se trata de adecuar la casa para que tengan los objetos a su alcance y que puedan moverse independientemente, enseñándoles orden y responsabilidad. Te recomendamos, cada cuanto cambiar los juguetes, libros y actividades que tiene el niño o niña en los estantes o mesas, para evitar el fastidio y mantenerlo interesado. Procura no tener los juguetes amontonados, sino en un lugar específico en el estante.
3. Tomate tu tiempo para explicarle
El aprendizaje Montessori procura que sean las niñas y niños los responsables de este, pero es importante como adultos ser el ejemplo y modelo a seguir. El o la guía es quien les enseña y muestra a cómo se deben hacer las cosas. Para esto, ten en cuenta que cada uno y una es diferente y no todo se les va a hacer fácil, por lo que es necesario tener paciencia y tomarse el tiempo de explicarles cómo se realiza cierta actividad. Siendo muy claro en los pasos del proceso, para que comprendan y puedan replicarlo. No te desesperes si tu hijo o hija no comprende de inmediato, déjalo por el momento e inténtalo de nuevo al día siguiente, verás que en poco tiempo lo conseguirá.
4. Enséñale a concentrarse
Cuando tu hijo o hija esté muy metido en una actividad, no lo o la interrumpas, ni saques de lo que está haciendo, esto le ayudará en el futuro a tener una capacidad de atención mayor. De igual manera, para fomentar la atención y concentración, facilítale a tu hijo juguetes, libros y materiales que se adecúen a sus gustos. Si le interesan los dinosaurios, procura que tenga cosas de dinosaurios con las cuales interactuar, si le interesa el dibujo, proporciónale diferentes tipos de papel, pintura y colores. El interés en la actividad que realizan debe ser suyo, no le cortes, ni alargues el tiempo con una actividad, porque puede ser contraproducente.
5. Haz énfasis en habilidades cotidianas
Los niños y niñas Montessori no solo saben colocar sus juguetes en donde corresponde, sino que saben cocinar (o ayudar en la cocina), levantar y colocar la mesa, poner un mantel, poner la lavadora, darle de comer a las mascotas, entre otras habilidades cotidianas, ya que parte de la metodología se ve “vida práctica”, el cual se enseña actividades el diario vivir para que empiece a desarrollar su independencia desde muy temprana edad. Dicho punto es vital para su formación adulta, ya que se les va fomentando desde el año y medio (aproximadamente) el valor de su contribución al hogar. Más allá de la educación de libros, hechos y fechas, el método Montessori busca crecer sus competencias desde temprana edad y convertirlos en adultos independientes y proactivos. Recuerda involucrarlos en las labores del hogar, enseñarles con paciencia, mostrarles lo que haces y cómo lo haces, y dejar que ellos mismos realicen la actividad. Sé un modelo a seguir y dentro de poco estarán ayudando en casa sin tener que pedírselos.
6. Deja que se autocorrija
Los juegos y actividades que realice en casa deben tener una cualidad que les permita dar retroalimentación a sí mismos sin necesidad de que un adulto deba corregirles ni explicarles su error. Mientras más encuentren sus fallos y tengan la iniciativa de corregirlos, más les enseñas a no depender de ti y a fomentarles el aprendizaje propio. Esto no significa que nunca debes ayudarles, ni corregirlos, sino que debes darles la libertad de descubrirlo y hacerlo por ellos y ellas mismas. Si les tienes confianza verás cómo pueden sorprenderte con talentos que no sabías que poseían.
7. Amor por la naturaleza y el arte
El Método Montessori ve la conexión de los niños y niñas con el arte y la naturaleza como un aspecto vital para su desarrollo personal. Para fomentar esto, procura tener siempre a la vista plantas, flores, frutas, mascotas, etc. Enséñales cómo cuidar de todas ellas y por qué es importante hacerlo. Ten a la mano libros sobre fauna, flora y naturaleza en general, lee con ellos y procura que cada cierto tiempo puedan estar en contacto con la naturaleza fuera de casa. Recuerda que los niños y niñas tienen una fascinación inocente por el arte, por lo que debes tener pinturas y obras de arte diferentes que llamen su atención, y de preferencia cambiarlas cierto tiempo y tener conversaciones con ellos al respecto de ellas: ¿qué ven?, ¿cómo los hace sentir la pintura?, ¿les gusta?, etc. Esta apreciación por la naturaleza y el arte, desde temprana edad, permeará por el resto de sus vidas.
8. Fomenta la motivación interna
Hay que deshacernos de la idea de que cada vez que tengan un acierto o hagan algo bien, hay que darles una recompensa, ya sea un dulce, una calcomanía o cualquier otra cosa. Ya que ofrecerles recompensas externas les enseña a buscar siempre el premio y no el aprendizaje ni logro por sí mismos. Es mejor fomentar la motivación interna, que no necesiten un premio para estar motivados a hacer las cosas bien, sino que la satisfacción de hacerlo bien y aprender sea su motivo principal. Sin embargo, sí puedes ayudar con un cumplido o felicitación cuando consiguen ese logro, que les costó mucho o a lo que le pusieron mucho empeño, sin olvidar que fue por el esfuerzo y dedicación, y no por el producto final, para que así se sientan bien consigo mismos después de esforzarse. Esto les ayudará en el futuro a estar motivados por el simple gusto de hacer las cosas bien.
