Todos hemos escuchado a gente hablando de lo bueno que es el sistema educativo finlandés, parecería que el sistema de enseñanza de este país tan alejado del nuestro se ha convertido en lo que todos los otros sistemas deberían de aspirar.
La verdad es que pocos saben a ciencia cierta qué es lo que hace de este sistema una maravilla y, si lo superan, quedarían sorprendidos de que no tienen que trasladarse hasta el mar báltico para gozar de las bondades de sus escuelas.
Si analizamos su sistema con cuidado, encontraremos que algunas de sus prácticas, las más significativas para la formación de los niños, guardan un gran parecido con lo que hace en el método Montessori. Aquí te mostraremos algunas de las similitudes que existen entre los dos sistemas.
Puntos clave que comparte el método Montessori con el sistema educativo de Finlandia
Se valora a los docentes
A diferencia de las escuelas tradicionales, en las que ni se respeta ni se le da mucho crédito a los profesores, tanto en los colegios Montessori como en las escuelas públicas finlandesas se le da a los docentes la importancia que merecen.
Hablando de nuestro sistema, no hay maestros ni profesores, hay guías que, como su nombre lo dice, no imparten de forma dogmática el conocimiento, sino que guían a los estudiantes para que ellos mismos encuentren los conocimientos y sus causas.
Sistema flexible
En los dos métodos de los que hablamos se le da una merecida importancia al juego y al esparcimiento, por ello, del tiempo que los niños permanecen en la escuela, pasan un buen rato jugando y haciendo otras cosas que parecerían no ser parte del proceso educativo, sin embargo si lo son, y son tan importantes como el aprendizaje concreto.
Educación personalizada
Las clases se imparten de diferente forma que en las escuelas tradicionales, en las que un profesor se para delante de los alumnos y dicta los conocimientos que deberán de memorizar. Tanto en los colegios Montessori como en Finlandia esto no sucede, ya que el o la guía orientan al alumno en lo que tenga interés en aprender.
Se evitan las cifras
Partiendo de la idea de que las calificaciones son antipedagógicas, en estos sistemas se evita utilizarlas a toda costa. Los exámenes se hacen de diferente forma, de una no tan rigurosa y la retroalimentación que se le da a los padres no se hace en forma de cifra, sino con comentarios que involucran el proceso que está llevando su hijo.