El bienestar y la felicidad de los niños, niñas y adolescentes no es por casualidad o suerte. Es una construcción humana, es el resultado del esfuerzo individual, familiar y social. Los seres humanos estamos desprotegidos y somos vulnerables ante la fuerza de un evento nuevo, inesperado, uno que pueda causar dolor o malestar (cambio de temperatura, enfermedad, una caída, ser excluidos, violencia, entre otras). Poco a poco vamos construyendo un escudo protector, un filtro que atenúa los posibles efectos de esos sucesos y en ocasiones, logramos transformarlos en factores de protección, así la amenaza se convierte en oportunidad.
Dentro de la metodología Montessori preparamos un ambiente seguro, ordenado y limpio, respetando la personalidad de cada persona, promovemos posibilidades de trabajo, experiencias que favorezcan el desarrollo de la voluntad, fuerza, creatividad y audacia. Sabemos que cada persona tiene recursos particulares para enfrentar los retos, cambios u obstáculos (autoestima, empatía, sentido del humor y/o autorregulación); el ambiente escolar ayudará a desarrollar y expresar esos recursos.
La vida nos presenta experiencias diferentes cada vez, no son buenas o malas, son las que en ese momento tenemos, el cómo las enfrentamos es lo que hace la diferencia.
Lo más importante en una escuela Montessori es su filosofía de vida, es un cambio en la forma de pensar, es el despertar de una conciencia respecto al ser humano, de su papel en la tierra, de la importancia de atender la infancia, la niñez y la adolescencia, cuidando los aspectos, emocionales, sociales e intelectuales.
A continuación, te compartimos las habilidades que tu hija o hijo desarrollará estando en una escuela con el método Montessori de aprendizaje:
- Habilidades emocionales: Son respetados y valorados como personas. Reciben un trato digno. Las niñas y los niños aprenden a valorar y a tratar a sus pares con dignidad y respeto. Aprenden a reconocer lo que sienten y a expresarlo.
- Habilidades sociales: Aprenden a trabajar en equipo, cooperan, aceptan las diferencias y llegan a acuerdos. Reconocen y participan en el establecimiento de las reglas, las respetan porque llegan a entender que es conveniente para todos y todas.
- Habilidades intelectuales: Aprenden a observar, deducir, experimentar, clasificar, ordenar, concluir, conceptualizar. Construyen el conocimiento, no esperan a qué se los den.
Educamos para no ser necesarios. Promovemos que las niñas, niños y adolescentes se hagan preguntas, se atrevan a pensar y tengan gusto por aprender y por trabajar. Enseñamos para la vida para que sean personas flexibles, con iniciativa, confianza, sin temor al cambio o riesgo. Creativos y audaces para afrontar los obstáculos y problemas que se les van presentando en su vida escolar y cotidiana.
